Pasaban el otro día Patxi, Koldo y Andoni por delante del concesionario de Mercedes y les llamó la atención un modelo de alta gama que ocupaba lugar preferente.

-Ya me gusta -dijo Koldo-.

-Yo creo que a todos nos gusta -señaló Andoni-.

-¿Sabéis que tenéis razón? -apuntó Patxi-. Ahora mismo me cojo uno. En color blanco.

-Pues yo me voy a coger el azul -contestó Koldo-.

-Yo dudaba entre el azul y el granate -dijo Andoni-. Pero cogeré el granate para que no nos equivoquemos.

El caso es que entraron al concesionario, los tres echando mano a sus tarjetas de crédito, cuando Koldo dijo:

-¡Quietas esas manos! Que esta ronda es mía.

Así que salieron los tres con sus flamantes Mercedes y, para celebrarlo, se fueron con ellos hasta Madrid. Pararon en una marisquería de las que recomiendan las guías gastronómicas y pidieron lo mejor de lo mejor, acompañado, por supuesto de los mejores caldos.

-Me trae la cuenta -dijo Patxi al maître cuando terminaron.

El maître, un tanto avergonzado por el importe (una cantidad de 5 cifras), le presentó la factura a Patxi que miró asombrado el total y dijo:

-Pero cóbreme también lo de estos dos…

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